Hoy, 10 de octubre, como todos los años desde hace más de 30, ha sido establecido por la Federación Mundial de la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Día Mundial de la Salud Mental.
La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, en palabras de su presidente de sección de Psiquiatría y Salud Mental, el Dr. José Martín Zurimendi, «se une las celebraciones que se realizan en más de 100 países, orientadas este año, 2024, a la salud mental en el medio laboral, celebrando y también recomendando, el fomento de la salud mental en los puestos de trabajo».
Tal y como explica el psiquiatra, en la salud mental según una definición ya clásica de la OMS, es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente al estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, aprender y trabajar adecuadamente e integrarse en su entorno, «una actividad laboral saludable es esencial para que las personas puedan desarrollar dichas actividades de manera positiva, lo que repercutirá de manera directa en su propia salud mental».
Este año la OMS ha decidido subrayar el vínculo esencial que existe entre la salud mental y el ámbito laboral ya que «Los lugares de trabajo seguros y saludables ayudan a proteger la salud mental, mientras que las condiciones poco saludables, la estigmatización, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras condiciones de trabajo deficientes son riesgos importantes que afectan a la salud mental y la calidad de vida en general y, en consecuencia, a la participación y la productividad en el trabajo».
Señala la OMS que si el 60% de la población mundial trabaja, resulta urgente tomar medidas para que el trabajo prevenga los riesgos para la salud mental, y la proteja y fomente.
Con tal fin, desde la OMS se invita «a gobiernos, empleadores, organizaciones sindicales… responsables todos de la salud y la seguridad de los trabajadores, a que colaboren para ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo, aplicando medidas que tengan en cuenta las necesidades y la opinión de los propios trabajadores, sus representantes y personas con experiencia en salud mental».
La Academia entiende que, «con intervenciones basados en la evidencia, se puede garantizar que todas las personas trabajadoras tengan la oportunidad de desarrollarse en el trabajo y en la vida, en un mundo futuro más saludable».
Es por ello por lo que la Academia se une hoy a esta celebración y asume las recomendaciones de la OMS, enfatizando la importancia en dos colectivos estrechamente vinculados con el sistema sanitario.
«De un lado, la salud mental y el derecho a desarrollar una actividad laboral digna de las personas con enfermedad mental, en especial de las más graves, que bien por las propias limitaciones que genera la enfermedad o por el estigma vinculado a padecerla, pueden tener un déficit en el acceso y mantenimiento de su actividad laboral, constituyendo unos de colectivos con mayores tasas de desempleo», explica el Dr. Zurimendi.
«Nos unimos a los llamamientos de las personas con enfermedad mental y sus familiares, asociados en torno a Asociaciones como AVIFES, vinculada con la Confederación de Salud Mental, que nos recuerda la necesaria implicación de las empresas en generar entornos seguros, saludables e inclusivos y el necesario impulso, por parte de la Administración pública, de medidas contra la precariedad laboral y el control de riesgos laborales y psicosociales en las empresas».
Estas entidades recuerdan que las empresas han de contar con un sistema de apoyos y adaptaciones a los problemas de salud mental, al igual que en otras discapacidades, potenciando recursos que faciliten la inserción laboral de las personas con trastorno mental por medio de la formación laboral, empleo con apoyo y centros especiales de empleo, sin olvidar el cumplimiento de las cuotas de reserva de puestos de trabajo, para las personas con discapacidad.
Por otro lado desde la ACMB se enfatiza «la importancia de la salud mental asociada al desarrollo de las profesiones sanitarias (medicina, farmacia, enfermería…), que tanto han padecido en el desarrollo de su actividad profesional durante el transcurso de la pandemia por COVID, en un sistema sanitario que muestra nuevas dificultades, como aumento de la presión y de las cargas asistenciales y emocionales de la actividad sanitaria, la escasez de profesionales y otras circunstancias que están pudiendo redundar negativamente en el desarrollo profesional y consecuentemente en la salud mental de todas las personas que dedicadas a esta actividad laboral, trabajamos en el sistema sanitario, y desde la Academia, queremos en este día poner de nuevo de relieve además de la celebración, nuestras recomendaciones y preocupaciones».