El pasado 28 de junio falleció en Portugalete, a los 98 años de edad, el doctor Ángel Alday Ortiz de Zárate, miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Su misa funeral se celebró ayer, 2 de julio, en la basílica de Santa María, en Portugalete.
El doctor Alday compaginó su trayectoria de 67 años como académico con una intensa actividad profesional y de ayuda a los demás.
Según recoge la entrada del Diccionario Biográfico Portugalujo, nació “en el seno de una familia obrera, en la calle Coscojales de Portugalete, en 1920. Su padre, Sotero Alday, sindicalista, consiguió con muchos esfuerzos que sus hijos pudieran estudiar.
Don Ángel, como siempre se le conoció entre sus convecinos, con respeto y admiración, realizó los estudios en la Facultad de Medicina de Zaragoza, dedicando toda su vida profesional a la medicina general.
Modelo ejemplar de médico de familia, de los de antes, dedicado a la medicina en cuerpo y alma, atendiendo a todos, a cualquier hora y en cualquier día, no se tomó nunca vacaciones para no desatender a sus enfermos.
En su actividad profesional podemos señalar que atendió 32 años en el dispensario de tuberculosos de Ortuella y 47 años en el Hospital de San Juan de Dios de Santurtzi.
Mención especial merece su dedicación desinteresada y altruista a los ancianos del Hospital Asilo de San Juan Bautista. Allí tomó el relevo a otros dos médicos que dejaron huella en la Villa (y que tienen puesto su nombre a sendas calles de Portugalete) como fueron José Zaldúa Alzola y Antonio B. Gurruchaga, donde no faltó, diaria y desinteresadamente, durante casi medio siglo, hasta los 89 años, y donde su figura es casi venerada por su calidad profesional y humana”.
Entre los reconocimientos que denotan su entrega a los demás se puede citar el nombramiento honorifico de Hermano de San Juan de Dios (distinción raramente otorgada a un seglar) por parte del General de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Asimismo, el Ayuntamiento de Portugalete le premió por su dedicación a una vida solidaria en las jornadas municipales del voluntariado. También obtuvo el Premio a la solidaridad de la fundación Antonio Menchaca de la Bodega en un acto en la Diputación Foral de Bizkaia. E, igualmente, recibió un homenaje de la Fundación El Abra a su labor y dedicación hospitalaria como médico de los Portugalujos, entre otros reconocimientos.