La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB/BMZA) ha inaugurado su LII Semana de Humanidades, que en esta edición llevará por título ‘Vulnerabilidad y Salud’. El evento se desarrollará hasta el 13 de febrero de 2025 en la Sociedad Bilbaina (C/ Navarra, 1, Bilbao), con acceso libre hasta completar aforo, para asistir a las conferencias de cada día, que comienzan a las 18.00 horas. Paralelamente, y en formato virtual en el portal web de la Academia, se celebra la XLVI Semana Fotográfica y la LII Exposición Antológica de Académicos Pintores y Escultores.
La Semana de Humanidades fue inaugurada por Miren Agurtzane Ortiz, psiquiatra, profesora de Neurociencias en la UPV/EHU y presidenta de la ACMB/BMZA, junto con Mercedes Bayón Esteban, directora de Comunicación y Marketing de Grupo IMQ. Tras la bienvenida, dio comienzo la jornada, bajo el lema ‘Los determinantes de la salud y su relación con la vulnerabilidad’.
DiversiEDAD
La primera de las tres conferencias de la jornada fue ‘DiversiEDAD: itinerario para un envejecimiento de calidad’, a cargo de Naiara Fernández, médica especialista en Geriatría, directora asistencial de IMQ Igurco y presidenta de la Sección de Geriatría de la Academia.
La geriatra puso de relieve ante las personas asistentes la heterogeneidad del colectivo de personas mayores, «con un espectro que va desde el envejecimiento activo (y ansiado) hasta la dependencia total para la realización de las actividades de la vida diaria».
Según añadió, esta heterogeneidad da como resultado necesidades diferentes para personas diferentes. «Los proveedores de atención sociosanitaria nos vemos impelidos a poder cubrir objetivos de salud distintos, a través de la provisión de recursos diferentes: desde la prevención, para personas autónomas, hasta los cuidados paliativos, cuando llegan al final de su recorrido vital».
La directora asistencial de IMQ Igurco se refirió a la fragilidad como «una acumulación de déficits que puede explicar el espectro de diferencias». Aseguró que la fragilidad «es reversible» y que «siempre es buen momento para evitar la dependencia y dotar de calidad los años que vivimos, y también los últimos días».
Entre las claves principales para abordar la fragilidad y evitar la dependencia, la Dra. Naiara Fernández enumeró «alimentarse diariamente con una dieta rica en proteínas; realizar habitualmente ejercicio físico de fuerza y resistencia muscular, con el fin de ralentizar la progresión de la sarcopenia, o pérdida natural de músculo que se acentúa en la edad avanzada; el mantenimiento de un propósito o proyecto que cimente el sentido de la vida particular; y fomentar el mantenimiento de unas relaciones sociales saludables y abundantes, para favorecer una buena salud cognitiva y emocional».
Determinantes sociales de la salud
¿Por qué son importantes los determinantes sociales de la salud? Para tratar de dar una respuesta a esta pregunta, poniendo el foco en Euskadi, Unai Martín, doctor en Salud Pública, profesor titular del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPV/EHU e investigador del Grupo OPIK, protagonizó la segunda conferencia de la jornada.
El experto puso de relieve ante la audiencia que la salud de las personas «no solo depende de cuestiones biológicas y de la acción del sistema sanitario, sino que en gran parte depende de las condiciones en las que viven, de cómo son las ciudades, los trabajos, la renta, la educación, etcétera».
Por este motivo, según dijo doctor en Salud Pública, «la mejora de la salud de la población, depende mucho de políticas que van más allá de lo sanitario. Hay que hacer que esas políticas incorporen la salud».
En su alocución recordó que el hecho de que la salud esté determinada por esas condiciones y que las condiciones se distribuyan desigualmente en la población «provoca desigualdades sociales en salud. Es decir, que nuestra salud dependa de si somos hombres o mujeres, de donde vivamos, de nuestro nivel de estudios, o de nuestra renta (entre otras cuestiones)», aclaró.
Esta situación ocurre igualmente en Euskadi: «la esperanza de vida y el estado de salud cambia según estas cuestiones. Nacer en un barrio u otro significa vivir más o menos años y en peor o mejor estado de salud», señaló.
Transición en los cuidados de larga duración
Lourdes Zurbanobeaskoetxea, coordinadora del Plan de Transición de Cuidados de Larga Duración y coordinadora sociosanitaria territorial en la Diputación Foral de Bizkaia, fue la encargada de cerrar la jornada con la ponencia ‘Plan de Transición de Cuidados de Larga Duración: un instrumento de impulso de políticas públicas innovadoras ante el reto social de los cuidados en Bizkaia’.
En el caso de Bizkaia, la Diputación, a partir de «la reflexión sobre las bases éticas para un buen cuidado», se planteó avanzar hacia un modelo más personalizado atendiendo a la cada vez mayor diversidad de maneras de entender los cuidados y la evolución de las necesidades, expectativas y preferencias de las personas que necesitan de apoyos para desarrollar su proyecto de vida, tanto en sus hogares como en centros residenciales. Así, la experta enumeró los elementos tractores dispuestos por la Diputación vizcaína para avanzar en esa transición.
En primer lugar, citó etxeTIC, un servicio de apoyo a los cuidados que se prestan en el hogar, dirigido a toda persona de cualquier edad que se encuentre en situación de dependencia y a las personas cuidadoras. Con un plan de apoyo a los cuidados en el hogar con acciones personalizadas, con apoyo de dispositivos tecnológicos no invasivos, como tabletas informáticas y pulseras de actividad que permitan apoyar el cuidado, la prevención y detección de riesgos y combinado con asistencia y atención presencial ocasional en el centro.
También aludió al desarrollo de unidades de convivencia para «avanzar hacia residencias a escala humana, evolucionando desde la visión centrada en déficits hacia iniciativas que se centran más en el reconocimiento de la individualidad de las personas y el respeto a sus preferencias y decisiones en cuanto a salud, cuidados y vida cotidiana».
La experta continuó su repaso con los centros comarcales de referencia, con los equipos especializados de apoyo, en el avance de la atención integral sociosanitaria desde una colaboración con el sistema público de salud y la interlocución permanente con referentes de Osakidetza; apoyando además a los centros residenciales y a los diferentes agentes que forman parte de los cuidados.
También aludió a la formación de los profesionales y al modelo de coordinación de caso como elemento tractor de la trasformación hacia la atención centrada en la persona dentro del propio Departamento de Acción Social, procurando el acompañamiento a las personas que presentan necesidades de apoyo en su itinerario vital.
Por último, Zurbanobeaskoetxea recordó que la coordinación sociosanitaria es un ámbito de trabajo «imprescindible», destacando el modelo de gobernanza sociosanitaria con estructuras de coordinación colaborativas entre las diferentes organizaciones de diferentes niveles competenciales y diferentes niveles asistenciales.
La LII Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao cuenta con la colaboración de IMQ, el departamento de Salud del Gobierno Vasco, Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, la Diputación Foral de Bizkaia, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Deusto, Cruz Roja Bizkaia, Esclerosis Múltiple Euskadi y Mutualia.