Bilbao, 6 de marzo 2015.- El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres de la Comunidad Autónoma del País Vasco y constituye un importante problema de salud pública. Actualmente, salvo los factores de riesgo genéticos, no se conocen las causas que los originan, por lo que detectarlo de manera temprana es imprescindible para mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Por ello, en 1995 comenzó el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama de Osakidetza y desde entonces se han realizado 2.168.833 citaciones, 1.672.441 mamografías, 145.063 pruebas complementarias radiológicas, 17.207 derivaciones para confirmación diagnóstica y se han detectado 7.036 cánceres, con el objetivo de “evitar las pruebas invasivas, mejorar la calidad de las pacientes y aumentar su esperanza de vida”, explica Garbiñe Sarriugarte Irigoien, responsable del Programa, en el I Encuentro Bilbaopraxis Cáncer, organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y el Ayuntamiento de Bilbao, y desarrollado en las instalaciones de AlhóndigaBilbao.
Este programa comenzó dirigiéndose a mujeres de 50 a 64 años hasta que en 2006 se amplió hasta los 69 años tras la recomendación de los principales organismos internacionales como la Comisión Europea, debido a que existía evidencia científica de la eficacia de los programas en ese rango de edad. En 2011 se amplió también a mujeres de entre 40 y 49 años con antecedentes familiares de cáncer de mama de primer grado (madre/padre, hermana/o, hija/hijo), tras revisión de la evidencia científica de que el cribado por debajo de los 50 años sería adecuado dirigido a poblaciones de riesgo específico.
En este tiempo, la población diana ha pasado de 187.000 mujeres en sus comienzos a 303.000 en la actualidad y “cabe destacar que la respuesta de las mujeres de la Comunidad Autónoma Vasca al Programa ha sido excelente”, señala Sarriugarte. Este hecho se refleja en una participación mayor del 80%, que supera los estándares de las Guías Europeas de Calidad de la Comisión Europea, que consideran como aceptable una participación mayor al 70% y como deseable una participación mayor al 75%, para conseguir el objetivo de disminuir la mortalidad por cáncer de mama.
“El cáncer de mama de origen genético supone solamente un 5-10% del total por lo que, independientemente de la edad, se debe de consultar al especialista ante cualquier síntoma de la mama”, subraya.
A lo largo de estos años, ha habido diferentes avances tecnológicos, la mamografía digital, la incorporación de técnicas de diagnóstico como la mamotomía, que junto con las biopsias por aguja gruesa han sustituido en gran parte a las biopsias quirúrgicas. También, se ha incorporado la técnica del ganglio centinela que permite conocer si la enfermedad se ha extendido a los ganglios de la axila, y en consecuencia evitar la intervención quirúrgica de la axila en un gran número de casos y sus complicaciones posteriores”, explica la responsable del programa. Además, “se han introducido los test genéticos, que aplicados en algunos casos seleccionados tras el diagnóstico, permiten identificar de forma individual los beneficios o no de dar quimioterapia, evitando su aplicación en aquellos casos en los que el test refleje un bajo riesgo de recidiva de la enfermedad”, añade la experta.
Gracias a los avances en todas las fases del proceso, tanto en el cribado como en la fase de confirmación diagnóstica y tratamiento, se está posibilitando la detección en fases tempranas de la enfermedad, con tratamientos menos agresivos y por consiguiente una mayor calidad de vida para las pacientes. Esta detección temprana permite que más del 80% se beneficien de un tratamiento conservador de la mama.
En cuanto a la mortalidad, “existe en las últimas dos décadas una tendencia mantenida de disminución, que es atribuible a la detección de los cáncer de mama en estadios más precoces así como a la existencia de tratamientos más eficaces”, afirma Sarriugarte.
Gracias a estos datos esperanzadores, “el Departamento de Salud del Gobierno Vasco mantiene su compromiso de continuar impulsando el Programa, con el objetivo de seguir trabajando para reducir la mortalidad por cáncer de mama y mejorar la calidad de vida de las mujeres afectadas por esta enfermedad”, finaliza.