La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los contaminantes hormonales son una «amenaza global» para la salud pública y organizaciones como la Sociedad de Endocrinología de EE. UU. sostienen que «hay una fuerte evidencia científica que muestra cómo provocan cambios biológicos que pueden conducir a enfermedades».
Los contaminantes hormonales, EDC o disruptores endocrinos son compuestos químicos de origen externo que, al simular el comportamiento de las hormonas, alteran y dañan el sistema hormonal de las personas contribuyendo al desarrollo de patologías graves.
Así, tumores y otras enfermedades que afectan a órganos hormonodependientes (mama, próstata, testículo), patologías metabólicas (diabetes, obesidad) e inmunológicas, alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico y problemas de salud reproductiva están asociados a la exposición a este tipo de compuestos químicos.
Atentos a esta realidad, Nicolás Olea, catedrático de Radiología de la Universidad de Granada, director científico del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.Granada y coordinador de un grupo de investigación centrado en el estudio de las consecuencias para la salud de la exposición a contaminantes ambientales subrayó que “los humanos, y en general todas las especies del planeta, están expuestos en mayor o menor medida a diferentes tipos de contaminantes, tanto químicos como físicos. Entre los contaminantes químicos llama la atención el grupo de sustancias que se denominan disruptores endocrinos (DE), sustancias que afectan de alguna manera la acción de las hormonas propias del organismo y alteran su función. Las funciones hormonales son responsables de la regulación de innumerables procesos biológicos en los seres vivos”.
Esta exposición, en buena medida inadvertida y desconocida por la población general, fue el objeto de la conferencia de apertura de la Semana Médica, organizada por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. El profesor Nicolás Olea, referente internacional de la investigación en este campo, centrada en buena medida en el ámbito de los DE y sus efectos en cáncer, efectos reproductivos y efectos en el desarrollo físico y neuropsicológico en la infancia, fue el encargado de exponer en público estas ideas.
La Semana Médica de Bilbao se celebra del 25 al 28 de septiembre, a partir de las 18:00 h. en el Salón Areilza II del Colegio de Médicos de Bizkaia.
La contaminación química ha pasado de ser silenciosa a alarmante. La carga en el cuerpo humano de nuevos contaminantes, denominados “emergentes” ha alcanzado unos niveles tan elevados que ya ejercen una relación directa con la salud de la población.
“Los científicos punteros en el fenómeno advierten que nuestra exposición creciente y masiva a estos compuestos está contribuyendo de manera significativa al aumento de los cánceres, la caída de la fertilidad y el incremento de la diabetes, además de a la aparición de superbacterias resistentes a los antibióticos”, subrayó el especialista.
Nicolás Olea explicó, con datos recientes, cómo los factores ambientales pueden provocar el llamado “cáncer químico”. En su trabajo titulado “Pesticidas, detergentes, plásticos y otras hormonas” el profesor Olea explica la consecuencias de la ingestión de estos productos. Uno de los cánceres químicos más frecuentes es el cáncer de vejiga, que afecta a muchos trabajadores de la industria química, según revelan las cifras hechas públicas hasta ahora en varios países europeos.
Nicolás Olea está especializado en Radiología y Oncología y, desde hace años, trabaja para alertar de los peligros del uso de productos químicos para la salud. “Aunque no sea un tema agradable, como sociedad necesitamos hablar de tóxicos como los disruptores endocrinos, sustancias relacionadas con daños a la salud al alza en los últimos años como la pérdida de fertilidad, la diabetes y ciertos tipos de cáncer”.
“La situación es muy seria. Estamos expuestos a sustancias capaces de alterar nuestro sistema hormonal y causarnos problemas de salud de efectos irreversibles. Las investigaciones están haciendo temblar las bases de la toxicología reguladora, y aunque los lobbies industriales se están movilizando con el mensaje de que no pasa nada, hay una brecha entre la ciencia clínica y las reglamentaciones”, afirmó Nicolás Olea, reputado especialista en los contaminantes emergentes que actúan como “disruptores endocrinos”, compuestos químicos que interfieren en el sistema hormonal humano y animal y alteran nuestro crecimiento y reproducción. Miembro de los comités de expertos de Dinamarca y Francia, es el científico más veces citado por sus pares en esta materia (12.800). Y la Unión Europea acaba de encargarle un proyecto presupuestado en 75 millones de euros para que investigue la exposición comunitaria a estos contaminantes.