Bilbao, 5 de marzo de 2015.- El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. En España se diagnostican alrededor de 22.000 nuevos casos al año. Su tratamiento, como en la mayoría de tumores, es multidisciplinar. “El objetivo de la reconstrucción mamaria es reducir las complicaciones de la mastectomía y prevenir las deformidades de la pared torácica, recreando forma y simetría”, asegura Javier Regalado, cirujano plástico y reparador de la Clínica IMQ Zorrotzaurre en el entorno del I Encuentro Bilbaopraxis Cáncer. El término cirugía oncoplástica “se acuñó en 1993, para englobar las técnicas quirúrgicas utilizadas para prevenir deformidades secundarias al tratamiento quirúrgico del cáncer de mama, minimizar los márgenes afectos, y reducir el riesgo de recurrencia local”.
“La tendencia en la reconstrucción mamaria en los últimos años es la realización de la misma en el mismo tiempo quirúrgico que la cirugía oncológica de la neoplasia mamaria. Pese a las posibles complicaciones, supone grandes beneficios para las pacientes si éstas son seleccionadas correctamente” asegura Jaime Caramés, cirujano plástico de la Clínica IMQ Virgen Blanca. Subraya el especialista que “la reconstrucción mamaria inmediata es una opción del manejo del cáncer de mama cada vez más en auge y que ha demostrado múltiples beneficios para la paciente, tales como ahorrar tiempos quirúrgicos o evitar que la paciente se vea amputada, entre otros.”
El especialista explica que “la reconstrucción con colgajo latissimus dorsi es la opción quirúrgica más frecuente, seguida de la reconstrucción con expansor, si bien, la utilización de colgajos microquirúrgicos es una técnica cada vez más frecuente. La elección del tipo de reconstrucción es crucial a la hora de minimizar las posibles complicaciones. La tasa de complicaciones es menor del 10%, suponiendo tan solo un retraso en el inicio de la terapia adyuvante en menos del 2% de las pacientes”, explica el cirujano plástico de IMQ, quien concluye que “la reconstrucción inmediata debe ser el planteamiento quirúrgico de elección en reconstrucción mamaria, siempre y cuando ésta no interfiera en el tratamiento oncológico adyuvante”.
Al hilo de esta reflexión, el especialista en cirugía plástica y reparadora de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, Francisco Javier García Bernal, puntualiza que “la acción de la radioterapia sobre los tejidos es causa de una elevada tasa de complicaciones en la reconstrucción de mama con técnicas protésicas. De ahí que en pacientes sometidas a radioterapia, la reconstrucción con tejido autólogo (generación propia) sea considerada como el procedimiento de elección. Por otro lado, el aporte de tejido vascularizado mejora las condiciones locales y, si bien en un primer momento aumenta la morbilidad del proceso reconstructivo, a largo plazo evita las complicaciones derivadas de la radioterapia, como la contractura capsular alrededor de la prótesis o los trastornos en la cicatrización de las heridas”.
Apunta García Bernal que “si bien en la actualidad existen distintas técnicas autólogas, las microquirúrgicas están consideradas como las que mejor calidad de reconstrucción ofrecen al reducir la morbilidad inherente a la reconstrucción autóloga, con un excelente resultado estético. Así, los colgajos de perforante constituyen una excelente opción reconstructora tras radioterapia. Su vascularización permite cambiar las condiciones locales de los tejidos con una mínima morbilidad. No obstante, hay que tener en cuenta que técnicamente son complejos, y que, debido a la radioterapia, se ha de prestar especial atención a las posibles complicaciones vasculares”.