Varios expertos en seguridad hospitalaria advierten, en el marco de la XLIX Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB), de que hasta un 16% de los procedimientos quirúrgicos sufren complicaciones importantes, de ellos, el 0,8% se traduce en mortalidad o discapacidad permanente. De hecho, tal y como ha explicado Alberto Martínez, presidente de la sección de Anestesia y Reanimación de la ACMB, “aunque el propósito de la cirugía es salvar vidas, la falta de seguridad de la atención puede provocar daños considerables”.
La jornada ‘Estrategias de Seguridad puestas en marcha en el Bloque quirúrgico’ que se ha celebrado el lunes, 14 de febrero, en el auditorio de la Clínica IMQ Zorrotzaurre ha sido el pistoletazo de salida de la XLIX Semana de Humanidades de la ACMB. El acto inaugural ha contado con las palabras de Ricardo Franco, presidente de la Academia; Beatriz Astigarraga, presidenta de la Sociedad de Médicos y de Grupo IMQ; Isabel Urrutia, responsable de Calidad y Seguridad del Paciente de Grupo IMQ; y el ya mencionado Alberto Martínez, quien también es jefe de Servicio de Anestesia-Reanimación en el Hospital Universitario Cruces.
Una vez finalizada la presentación e inauguración del acto, Urrutia ha moderado la conversación entre Ainhoa Epalza, subdirectora quirúrgica del Hospital Universitario Cruces; Monike de Miguel, jefa de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Cruces; Chus Maroño, adjunta del Servicio de Anestesia-Reanimación del Hospital Universitario Cruces; Ane Guereca, especialista en Cuidados Críticos del Hospital Universitario Cruces; y el ya mencionado Alberto Martínez. En esta ocasión, los temas sobre los que han reflexionado los especialistas han sido: la gestión de incidentes, preparación de medicación, etiquetado, etc.
Cirugía segura
La cirugía es un componente esencial de la asistencia sanitaria en el mundo y, ante el crecimiento de los traumatismos, cánceres y enfermedades cardiovasculares, cada vez contará con más peso en los sistemas de salud públicos. En la actualidad, se calcula que en todo el mundo se realizan al año 234 millones de operaciones de cirugía mayor, dato que equivale a una operación por cada 25 personas. Sin embargo, como ha indicado Martínez, “en los países desarrollados se registran complicaciones serias en el 3-16% de las intervenciones, con tasas de mortalidad o discapacidad permanente que van del 0,4 al 0,8%.
Ahora bien, esta cita de la ACMB, ha explorado las diversas opciones y alternativas para prevenir este tipo de problemas. “Para mejorar la seguridad de la cirugía es necesario que los profesionales responsables de la atención sanitaria trabajen en equipo, dentro de un sistema de salud organizado, para emprender medidas imprescindibles para el beneficio del paciente”, ha explicado Martínez.
Los especialistas han identificado cuatro grandes áreas donde progresar en materia de seguridad del quirófano: “la prevención de infecciones en la herida quirúrgica, una de las causas más frecuentes de complicaciones graves; la seguridad en la anestesia, una de las causas principales de muerte operatoria en el mundo; la seguridad de los equipos quirúrgicos, el trabajo en equipo es básico para el funcionamiento de los sistemas en los que participan muchas personas; y la medición de los servicios, ya que al escasez de datos básicos es uno de los grandes problemas para la seguridad.
Por último, Martínez ha destacado la importancia de seguir “un marco establecido para la seguridad de la atención intraoperatoria en hospitales, que implique un procedimiento sistemático (con sus respectivos riesgos a mitigar) que presente una evaluación preoperatoria del paciente, la intervención quirúrgica y la preparación para los cuidados postoperatorios”.
Cultura de la seguridad
Ainhoa Epalza ha presentado el plan de seguridad del paciente que desarrollan desde la Organización Sanitaria Integrada Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces (OSI Cruces). Este proyecto, que actúa en 15 líneas diferentes y tiene como objetivo lograr una asistencia sanitaria más segura, persigue reducir la probabilidad de que tenga lugar un incidente.
“Promovemos una cultura de seguridad y este objetivo solo es posible con la implicación de los profesionales. Para ello, contamos con 14 equipos referentes de seguridad, uno por cada especialidad quirúrgica, que cuentan con profesionales de Cirugía, Enfermería y Anestesia. Un total de 50 personas implicadas analizan incidentes, escuchan las quejas y reclamaciones de los pacientes y, a partir de toda es información, proponen mejoras que se incorporan al proceso quirúrgico. Además, cade destacar que estas medidas abordan la seguridad de forma tridimensional: paciente, trabajadores e impacto medioambiental”, ha explicado Epalza.
Un momento crítico
Por su parte, Maroño y Guereca han ahondado en las amenazas presentes durante la aplicación (inducción) y remisión (educción) de la anestesia. “La inducción y educción anestésica son momentos críticos dentro del proceso anestésico. De hecho, la mayoría de las complicaciones relacionadas con la anestesia ocurren durante esta parte del proceso y están relacionadas con el manejo de la vía aérea. Una monitorización adecuada del paciente, junto a una adecuada preparación del anestesiólogo, permitiría detectar con antelación las complicaciones y reducir las consecuencias”, han indicado las especialistas.
Uso seguro de medicamentos
Monike de Miguel ha centrado su intervención en el empleo seguro de los medicamentos. Así, tal y como ha explicado de Miguel, “los errores asociados con el manejo de la medicación constituyen un importante problema sanitario, con importantes repercusiones asistenciales y económicas. Por ello, es necesario promover el desarrollo e implementación de prácticas efectivas dirigidas a reducir los errores de la medicación y mejorar la seguridad de los pacientes”.
La ‘XLIX Semana de Humanidades’ está organizada por la ACMB con el patrocinio de IMQ y la colaboración del departamento de Salud del Gobierno Vasco, el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), la Facultad de Farmacia de esa misma entidad; la Universidad de Deusto, la Asociación Vasca de Calidad Asistencial-Asistenzi Kalitaterako Euskal Batzordea (AKEB) y Mutualia.