“Evitar que los niños en edad escolar carguen con el peso de un mochila en su espalda es posible, necesario y exigible.” La sentencia corresponde Blanca Usoz Oyarzabal, especialista en Medicina Familiar y del Trabajo de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y es el mensaje esencial que envía la especialista en salud laboral en la que conferencia que, bajo el título “Niños con mochila, trabajadores sin espalda”, pronunciada el pasado 5 de octubre, en la biblioteca de Bidebarrieta. “Cada vez es más frecuente en las consultas la presencia de niños con dolor de espalda” denuncia la experta, quien considera “inaceptable la carga actual en las mochilas. Ha de considerarse”, subraya, “que en el ámbito profesional manejar cargas por encima de los tres kilos exige protocolos especiales, circunstancia especialmente sensible en el caso de los menores”.
Desde su experiencia profesional, Blanca Usoz entiende que “la solución no pasa por llevar la mochila de una u otra manera porque es menos perjudicial o porque reducir el peso de la carga daña menos la salud de la espalda del niño. El reto es conseguir que no haya cargas sobre la espalda en la actividad cotidiana escolar de los niños, habida cuenta que una espalda dañada en la infancia repercute en su salud laboral cuando se convierta en un adulto”.
Aunque no existe un consenso fijo respecto al peso máximo que deben transportar los escolares a sus espaldas, la tendencia oscila entre un máximo de un 15% del peso del niño. “No es suficiente”, subraya la experta, quien matiza que “a partir el 15% es inasumible, lo que no significa que por debajo de ese porcentaje no sea nocivo”. Blanca Usoz, impulsora de la iniciativa #sinmochilas promovida en Twitter, entiende que “tampoco basta con trabajar sobre los dos factores que pueden modificarse: el fortalecimiento de la espalda y la disminución de las cargas. La práctica de ejercicio”, matiza, “es buena para los menores por un sinfín de razones, pero no se trata de fortalecer la espalda para corregir una mala praxis. Y habida cuenta que el límite de las cargas en la salud laboral del adulto ya se establece en tres kilos, reducir el peso de las mochilas se antoja una solución insuficiente”.
Entiende Blanca que éstas son soluciones “inasumibles. No se trata de una consideración personal sino que está avalada por la evidencia científica y una opinión generalizada de la comunidad médica. Buena parte del profesorado piensa que si el alumnado solo lleva lo necesario y distribuye bien la carga es suficiente, pero no es así”.
Algunas voces responsabilizan de esta sobrecarga a los deberes. No por nada, la OMS ha levantado la voz de alarma de que un elevado porcentaje de niños de nuestro entorno se siente sobrepasado por la presión de las tareas escolares (un 34% de niños y 25% de niñas a los 11 años, pasando a un 53% de chicos y 55% de chicas a los 13 años, muy por encima de la media de otros países)
“Resulta increíble que en plena era tecnológica los niños necesiten ir cargados como mulas al colegio. Tenemos que poder hacerlo mejor”, matiza la experta, quien asegura que “taquillas, ruedas o archivadores sólo actúan de manera parcial.