Existen distintos trastornos y patologías que afectan en mayor medida a las mujeres. En algunas dolencias, el origen está en las propias hormonas femeninas –estrógenos y progesterona-, mientras que en otros casos hay una influencia genética o tienen mucho que ver los hábitos alimenticios y el estilo de vida.
Según señala el doctor Iñaki Lekuona, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Bizkaia, “es necesario acabar con la idea de que las enfermedades cardiovasculares como el infarto son cosas de hombres, cuando la primera causa de muerte en mujeres son las enfermedades del corazón”. Las mujeres están igual de expuestas a este tipo de problemas, lo que pasa es que esa exposición se da de manera más tardía debido a que están protegidas hormonalmente, una protección que pasada la menopausia desaparece “y es cuando la proporción entre hombres y mujeres se empieza a igualar”, recuerda Lekuona.
Una de las enfermedades del corazón que afectan mayoritariamente a mujeres es el ‘síndrome del corazón roto’, del que un 98 % de los casos que se registran lo sufre personas de género femenino. Lo que ocurre con esta dolencia es que una persona, al recibir una mala noticia, se enfrenta a un nivel de estrés instantáneo tan brutal que comienza a segregar hormonas de activación como la adrenalina o la noradrenalina que hacen que el corazón se contraiga de tal manera que los síntomas que muestra son los propios de un infarto. “En general las personas que sufren este problema se recuperan”, tranquiliza el doctor Lekuona, aunque también se puede llegar a reproducir.
Quizá no tan mortíferos, pero sí igual de notorios entre las mujeres, son algunos trastornos venosos como la insuficiencia venosa crónica, las varices, la trombosis o la flebitis. Según señala la doctora Ana Quintana, especialista del servicio vascular del Hospital Quirónsalud Bizkaia, estas dolencias “llegan a afectar entre el 30 y el 40 % de las mujeres”. Y, al igual que las enfermedades cardiovasculares anteriormente citadas, “el embarazo suele ser un factor desencadenante de estos problemas”; pero existen otros que favorecen la aparición de las varices, como son la presión arterial alta, el tabaquismo, la obesidad y la herencia genética. Todos estos factores de riesgo suelen ir acompañados por síntomas de diversa severidad según el paciente: sensación de pesadez, cansancio, dolor, quemazón, picor e incluso hormigueos en las piernas.
No obstante, es posible prevenir este tipo de dolencias con gestos tan sencillos como evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, activar la circulación caminando, usar medias de compresión y mantener unos hábitos de vida saludables para ayudar a cuidar la circulación. Una vez que se padece, este tipo de trastornos suele ser crónico, por lo que lo más importante es la prevención. “El mayor problema que solemos tener es que mucha gente, por su estilo de vida, no sigue nuestras recomendaciones”, por lo que el problema “va a seguir así si no se adopta una postura estricta”.
Como señala Juan Carlos García-Moncó, jefe del servicio de Neurología del Hospital Quirónsalud Bizkaia, el 17 % de las mujeres sufrirá migrañas a lo largo de su vida, por solo un 6 % de los hombres. El factor desencadenante de la migraña es la presencia de hormonas, por eso resulta frecuente durante la menstruación pero mejora durante el embarazo, cuando los niveles de las mismas se estabilizan.
El doctor García-Moncó apunta que el tratamiento más habitual de la migraña se basa en el uso de fármacos antiinflamatorios; no obstante, cuando la migraña es muy frecuente, se utiliza otro tipo de medicamento con el fin de evitar el abuso de la medicación. “El control y el tratamiento de la migraña son claves porque el uso excesivo de analgésicos pueden cronificar la dolencia”, un círculo vicioso por el que muchas pacientes no llegan a mejorar, añade el Dr. García-Moncó.