Lo que hace solo 10 años parecía una auténtica quimera hoy va camino de convertirse en una realidad. La medicina regenerativa está consiguiendo, gracias a las células madre, plantar cara a las enfermedades degenerativas. “La verdad es que estamos empezando a ver la luz al final del túnel en este sentido”, señala Marian Martínez de Pancorbo, catedrática de biología celular en la UPV/EHU.
Según la experta, “las primeras posibilidades de estudiar estas cuestiones se dieron entre los años 2006 y 2009, y en estos últimos 6 años se ha avanzado muchísimo”. Estos avances se podrán ver en un futuro próximo, “entre 4 y 10 años”. El proceso que están siguiendo estas investigaciones guardan muchos paralelismos con el camino que siguieron otros tipos de terapias como los trasplantes, “antes no se trasplantaba nadie, y ahora es bastante común… en el caso de los tratamientos con células madre ocurrirá lo mismo, poco a poco podremos ir viendo cómo funcionan y qué problemas dan”, subraya la docente.
El proceso que se sigue en el caso de estos tratamientos es muy similar al que se utiliza en el caso de los citados trasplantes, se extraen las células de una persona, se preparan sus células madre, se reparan y se le vuelven a implantar. No obstante, “cada organismo es diferente y las respuestas que pueden dar al mismo tratamiento también es diferente”, apostilla la experta.
Los tratamientos con células madre dan motivos para la esperanza para pacientes con enfermedades tan diversas como diabetes, fibrosis quística, párkinson, alzhéimer, leucemia… “Uno de los principales retos a los que se enfrenta la investigación con células madre es el de dotar a las propias células de una mayor vitalidad”, destaca Martínez. En el caso del párkinson se ha hecho alguna prueba que ha demostrado que “a lo largo del tiempo vuelve a decaer la vitalidad de las células”, por lo que ahora mismo los esfuerzos están centrados en “conocer las causas de este fenómeno para intentar aumentar al máximo posible la supervivencia de estas células, y con ello la esperanza y la calidad de vida de los pacientes”.