Bilbao, enero de 2014.- El ciclo de conferencias Encuentros con la Salud ha abordado una conferencia del doctor Esteban Ruiz de Gordejuela, neumólogo del Hospital Universitario Basurto (Bilbao) sobre Dejar de fumar con el cigarrillo electrónico. La conferencia se celebró en la biblioteca Bidebarrieta de la capital vizcaína.
Con tal motivo, el especialista en Neumología se ha hecho eco de un reciente estudio de la agencia federal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en el que se ha evidenciado que “el consumo de cigarrillos electrónicos se ha duplicado en Estados Unidos entre los estudiantes de secundaria y de enseñanzas universitarias, en tan solo un año: de 2011 a2012”.
De este modo, el porcentaje de estudiantes de secundaria que ya han probado alguna vez el cigarrillo electrónico ha pasado del 4,7% en 2011 al 10% en 2012. En el mismo periodo, el tanto por ciento de universitarios que admitieron haber hecho uso del cigarrillo electrónico en los últimos 30 días aumentó del 1,5% al 2,8%. Este porcentaje de uso también se dobló entre los de secundaria.
Según informó el doctor Ruiz de Gordejuela, “se estima que alrededor de 160.000 jóvenes americanos han accedido a la nicotina por primera vez a través del cigarrillo electrónico, sin haber probado antes el cigarrillo convencional. De hecho, 1,7 millones de jóvenes estadounidenses hicieron uso del cigarrillo electrónico en 2012”.
Ante el auge del cigarrillo electrónico en España y, teniendo como referencia este estudio y otros en la misma línea desarrollados en países europeos, Esteban Ruiz de Gordejuela ha recordado que “el 90% de los nuevos fumadores son adolescentes. Si un joven usa un cigarrillo electrónico con nicotina, sin ninguna duda, se va a hacer adicto a esta droga. Y, después de eso, podrá pasar a otras formas de consumo, como el cigarrillo convencional. Merece la pena recordar que la adicción a la nicotina es, en muchos casos, una adicción de por vida, y responsable de enfermedades tan graves y tan prevalentes como el cáncer de pulmón y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)”.
Para el experto, “el cigarrillo electrónico es una entrada a la adicción a la nicotina, que es la base de los dos productos, el electrónico y el convencional. No sólo nos preocupa que se incorporen al cigarrillo electrónico, sino que esto sea una puerta de entrada al consumo de tabaco convencional. Esto sí lo conocemos y por eso los profesionales sanitarios estamos preocupados”.
El experto ha recordado lo expuesto por el informe Cigarrillos electrónicos: situación actual, evidencia disponible y regulación, emitido por la dirección general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad hace pocas semanas, en la que expresamente se indica que “no se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o a la exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos. A corto plazo, se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a aquellos asociados al humo del tabaco. Son necesarios más estudios para conocer los efectos a largo plazo”.
Además, “se han encontrado sustancias cancerígenas en líquidos y vapor de cigarrillos electrónicos; se han descrito efectos adversos relacionados con el uso de estos productos, algunos severos; y, asimismo, la utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, nicotina y sustancias cancerígenas que contaminan los espacios cerrados”.
Según ha adelantado el neumólogo del Hospital Universitario Basurto, “el consumo de cigarrillos electrónicos puede incidir negativamente en el descenso del consumo de cigarrillos convencionales entre la población de los países de Europa occidental, descenso que se está constatando en los últimos tiempos gracias a las restricciones en su consumo, el aumento de los precios y las campañas de promoción de la salud que se están llevando a cabo”.
Tal y como ha manifestado, “no se puede decir que el cigarrillo electrónico sirva para dejar de fumar o para fumar menos. Ningún profesional sanitario recomienda utilizar los cigarrillos electrónicos para ninguno de estos dos motivos. El aumento del consumo de los cigarrillos electrónicos es una reacción espontánea de los fumadores movidos por la publicidad y la disposición del producto”.
La preocupación principal de los profesionales sanitarios proviene de que “el cigarrillo electrónico se está consumiendo sin que tengamos garantías en cuanto a la seguridad de su uso. Además, sabemos que se está utilizando, equivocadamente, para dejar de fumar por parte de algunos fumadores que necesitarían una terapia eficaz para dejar de fumar. Por ello, estarían perdiendo una oportunidad real para dejar de fumar”.
“El consumo de una producto con una creencia de que es saludable, sabiendo que es una droga adictiva (la nicotina), lo que hace es tener a estos fumadores enganchados y hacer que para ellos sea fácil pasar del cigarrillo electrónico al cigarrillo normal y viceversa, durante muchos años”, ha concluido.