Bilbao, febrero de 2014.-Ana Camarón, psicóloga especialista en Intervención Social y Gerontología y directora Zuentzat, ha pronunciado en Bilbao —en la sede del Colegio de Abogados de Bizkaia (Rampas de Uribitarte, 3)— una conferencia gratuita y abierta al público titulada “Así pensamos, así envejecemos”, en el marco de la XLI Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, centrada este año en el envejecimiento saludable.
Tal y como ha adelantado con motivo de su intervención, “la sociedad transmite una imagen negativa del envejecimiento y la asocia con vulnerabilidad y dependencia, en lugar de promocionar a una persona mayor activa y protagonista de su propia vida. En realidad, el envejecimiento no es un mero declive, sino que supone tanto pérdidas como ganancias”.
El edadismo
La experta ha explicado que “el edadismo es el mantenimiento de mitos, estereotipos, actitudes basadas en prejuicios, expectativas y creencias erróneas hacia una persona únicamente por el hecho de ser mayor. Estas creencias erróneas y estereotipos sobre las personas mayores están ampliamente difundidas en la sociedad y condicionan de manera fundamental nuestra actitud al acercarnos a ellas, nuestra forma de valorarles y de relacionarnos con ellas, tanto desde el plano profesional como personal. Esto, muchas veces hace que tengamos actitudes discriminatorias y no favorece que empoderemos a las personas mayores y propiciemos un envejecimiento en positivo, independiente y autónomo, donde la persona sea capaz de tomar sus propias decisiones y valerse por sí misma el mayor tiempo posible”.
Algunos de estos mitos y prejuicios señalados por la experta son:
Estos mitos y estereotipos “influyen negativamente en las mismas personas mayores y en la percepción que tienen sobre el propio proceso de envejecimiento. Al tenerlos asumidos e interiorizados, al infravalorar sus capacidades físicas, mentales y relacionales, se produce una especie de “profecía autocumplida” por falta de motivación y desarrollo de actitudes y hábitos de vida consecuentes de ese sentimiento de indefensión por la creencia de un declinar inexorable”.
Envejecimiento: ¿problema u oportunidad?
Según ha señalado Ana Camarón, “no existe un único modo de vivir la vejez. Ser mayor se puede ejercer de diferentes maneras. Cada cual debemos determinar, en la medida de nuestras posibilidades, la forma que pretendemos dar a nuestra ancianidad, qué sentido y qué significado le queremos dar”.
La directora de Zuentzat, centro especializado en la atención psicosocial para personas mayores, ha incidido en que “en la vida, la actitud con la que me enfrento a la realidad condiciona mi manera de pensar, sentir y actuar, es decir, mi modo de vivirla. Lo mismo ocurre con el proceso de envejecimiento: ¿lo miro como un problema o como una oportunidad? En función de mi perspectiva, condicionaré mi manera de vivirlo”.
Consejos para envejecer de manera satisfactoria
El envejecimiento es un proceso “universal e individual, heterogéneo e irreversible. La realidad es que no nos preparamos para afrontar activamente la vejez”.
Al envejecer, si se desea hacerlo de una manera satisfactoria, “hemos de procurar evitar por un lado, los déficits normales que conlleva el proceso de envejecimiento y, por otro, procurar mantener una alta capacidad física, cognitiva, social y productiva. Para ellos, algunas estrategias de afrontamiento que nos pueden ayudar puede ser estar y ser activo (hábitos de vida)”.
“También es muy útil”, ha continuado explicando la experta, “usar la experiencia acumulada para mejorar el sistema de competencia personal. Para ello, se puede echar mano de tres abordajes. El primero, consiste en seleccionar las metas de tal modo que sean adecuadas y alcanzables en función de las necesidades del mayor y deseos junto con sus circunstancias personales (mayor percepción de autoeficacia). La segunda, se refiere a optimizar o tratar de sentirse a su nivel máximo: acomodarse a la situación según las capacidades y posibilidades (mayor percepción de autocontrol). Por último, se trata de compensar las limitaciones apoyándose por ejemplo en las relaciones interpersonales, productos de apoyo, nuevas tecnologías, entrenamiento y nuevas estrategias de afrontamiento, creatividad, actitud positiva, etc.
Por último, la psicóloga ha abogado por “cultivar actitudes como valorar las pequeñas cosas de cada día, reconocer nuestros logros y capacidades, humor, emociones positivas, etcétera”.
Algunos pasos concretos expuestos por la especialista, que se pueden dar en la dirección anterior se refieren a “la eliminación de prejuicios y estereotipos; conocer realmente qué es el proceso de envejecimiento, lo cual ayuda a prepararse para un mejor afrontamiento; aceptar y adaptarse; revisar actitudes y hábitos de vida en relación con la salud, el funcionamiento mental, emocional y relacional y las estrategias de afrontamiento; y autopercibirse y sentirse uno mismo como sujetos activos, participantes y transformadores de la propia vida”.